Post by casandra on Oct 2, 2011 18:20:09 GMT
Revista Popular 1, nº 68 (Febrero 1979), págs. 18-25
EXCLUSIVA: LOS DOORS VISITARON EN PARIS LA TUMBA DE JIM MORRISON
JIM MORRISON MURIÓ EN PARIS, PERO SIGUE VIVIENDO
ESCRIBE HERVÉ MULLER
"Hey, acojonado, ya está, ¡esta vez vengo a París! Y no solo, traigo a Los Doors conmigo... Al grano ¿cómo está Jim?"
La distorsión horriblemente nasal al otro lado del hilo no tenía nada que ver con la mala calidad de las comunicaciones telefónicas entre París y Los Ángeles. Danny Sugerman tiene el privilegio de poseer el peor acento californiano que conozco.
Danny es mi mejor amigo al otro lado del Atlántico. Ahora debe tener 23 años. Hace diez años, era un muchacho de una buena familia judía de L. A. que no se interesaba nada en absoluto por el rock'n'roll, pero que, al contrario, jugaba mucho al baseball, con sus compañeros de high school. Un día se fijó en un tipo grande con el pelo largo que les miraba jugar. Después del partido, juntos discutieron un poco (de baseball, por supuesto). El tipo se llamaba Jim Morrison, era famoso, pero Danny no había oído jamás hablar de él...
Así es como Danny se convirtió en el hermanito adoptivo de Jim y como se encontró lanzado en el mundo loco de los Doors, caracterizado por las escapadas temerarias cada vez más frecuentes... Hoy, Danny es el manager de Ray Manzarek y, en compañía de Bill Siddons, el de un grupo que todavía existe sin por eso haberse reformado: Los Doors.
A riesgo de decepcionar a los fanáticos inevitables, hacía ya varios años que casi no me acordaba de Jim... Apenas si escuchaba sus discos de tanto en tanto. Pero es necesario creer que empezaba a aburrirse, allí arriba, porque en 1979, qué ha podido despertar en mi cerebro la historia de jugar a este jueguecito... ¿Y sabéis que? Él no ha cambiado, o entonces hemos cambiado juntos. En todo caso, en el transcurso de mi traducción de "Una oración americana y otros escritos" (Ed. C. Bourgois, publicidad no pagada) y con la salida del álbum "An American Prayer" descubrí que el Desfile Blando (Soft Parade) no se había estancado, no es necesario estar colgado con Jim Morrison desde hace diez años para fliparse ahora: si no preguntarle a John Lyndon...
LOS DOORS EN EL PALACIO
"An American prayer" (el álbum), por supuesto es esto lo que me valió la visita de Danny y de los tres Doors restantes. A eso se le llama una gira de promoción: una casa de discos envía a sus cachorros de país en país para hablar a la media de su último producto. En tal circunstancia, como era un álbum grabado con un cantante que había muerto hace siete años (el 3 de Julio de 1971 en París, como recordatorio), la gestión se justificaba. Además hacía tres años que Elektra no escatimaba en medio ("Nos han dado todo el tiempo y el dinero que queríamos”, me contó Ray Manzarek, “y no tenían la mínima idea de lo que hacíamos dentro del estudio...")
Ray Manzarek, Robbie Krieger, John Densmore y Danny Sugerman vinieron pues a Europa. Paris era el final de su periplo, tenían que llegar el 8 de diciembre de 1943 nacía James Douglas Morrison. El 8 de diciembre de 1970 él "se hacía un regalo de cumpleaños a él mismo" y entraba en el estudio de Los Ángeles con el ingeniero de sonido John Haeny, para grabar los poemas que sirvieron de base a su nuevo álbum. El 8 de diciembre de 1978 los Doors iban a estar en París, la ciudad donde estaba enterrado su cantante...
Esto empezó como una idea en el aire: Ray, Robby y John no habían tocado juntos en público desde 1972. Danny telefoneó de Ámsterdam a Londres, y con cada llamada se excitaban un poco más allá arriba: Los Doors tocarían en París aquella noche, sin ser anunciados, en homenaje a Jim. Un regalo de aniversario póstumo, en cierto modo.
Os veo sonreír irónicamente. Buen golpe publicitario, para la misma ocasión ¿no? Yo no digo que haya sido ajeno esto totalmente ajeno al espíritu Hollywoodense de Danny, pero os garantizo que había entusiasmo. Lo que nos divertía era el lado totalmente incierto del asunto, y creo que esto hubiera divertido a Jim.
Cuando Danny vino algunos días antes a París todo fue arreglado sin inconvenientes, dejando bien claro que nadie debía estar al corriente (incluso WEA no lo supo hasta el mismo día) y que por otra parte el grupo por sí mismo no se comprometía a nada. De hecho él no tomó la decisión definitiva hasta esa mañana, después de un ensayo breve. Sobre todo John Densmore no estaba muy caliente ("lo que pasa es que no tiene ganas de tocar la batería", reía Robby).
Así es como hacia la una de la mañana ante el público disco de la noche del viernes un poco embobado, la cortina del escenario de Palace se elevó mientras que una voz (Danny) anunciaba: "Ladies and Gentlemen, The Doors!". Para ser franco, fue más un homenaje de antiguos combatientes a un camarada desaparecido que un "remake" de "Absolutely Live". No era de extrañar, incluso si hasta el último minuto John insistía: "Ya está Jim llega tarde, como de costumbre..."
Incluso había un espacio libre para él, entre Ray y Robbie, y alguien había tenido la iniciativa discutible de poner la funda del álbum al pie del órgano. Por supuesto, se sentía por todas partes cierta ausencia, pero una vez esto era lo que se buscaba... Hicieron "Ghost song", del nuevo álbum (¡en instrumental, y por un motivo!), Ray cantó "Close to you", después con Krieger "Light my fire" (anunciado como una "canción de radio") y "Love me two times". El público funcionó, incluso pedían bis. Por supuesto no era nada del otro mundo y yo no sé por qué Robbie se obstina en utilizar un mediator, él cuya mayor originalidad era tocar con sus dedos... no importa, sin embargo valía la pena, ¡y al diablo si puedo explicar por qué!
CRISTIANO HIJO DE PUTA
De todas formas, no había necesidad de esto para saber que no hay Doors sin Jim Morrison. Como lo explica Ray, el único problema de la aparición de "An American Prayer" era que todo el mundo les preguntaba "¿Y ahora?", y ellos no sabían nada. Felizmente una reformación de los Doors está excluida (aunque Danny y Ray sueñan en trabajar de nuevo con Iggy...), pero al contrario consideran continuar perpetuando la herencia de Morrison. Se encontraba con ellos en París Frank Lisciandro, que ha sido también un activo participante en la realización del álbum y que estudió anteriormente cine en la U. C. L. A. en compañía de Ray, Jim y Paul Ferrara. Como cineasta, es con éste último con quién filmó a los Doors en concierto para "Feast of friends" y ayudó a Jim a realizar su película "Hiway". Y para él, la próxima etapa sería la realización de la película que Jim hubiera soñado.
"Nos encontramos un poco con el mismo problema del álbum: tenemos cantidad de película que hará falta seleccionar y montar con mucho cuidado, con tanto tiempo como sea necesario. "Feast of friends" no representaba más que una ínfima parte de lo que habíamos filmado en gira. También está "Hiway" y la película realizada por la cadena de televisión inglesa Granada, de la que hemos vuelto a comprar los derechos..."
Nadie mejor que Frank sabría llevar esta tarea a buen término, porque no hay nadie que conozca mejor a Jim, creo, y en todo caso nadie fue más sinceramente su amigo. Mientras hicimos una breve visita a Père Lachaise, una mañana lluviosa, él es el que dijo que hubiéramos hecho mejor llevando una botella de Courvoisier que flores. Había más emoción en este desplante que en cualquier otro discurso.
El otro producto parece lógico, es el de ese álbum en vivo del que Ray habla hace ya cuatro años: "un álbum live sin retocar", como él dice. Hay material necesario, le parece: "Tenemos una versión de "Gloria" grabada durante el sound-check del concierto Aquarius (en Los Ángeles). Es el "Gloria" más indecente que jamás hayas oído... Un álbum en directo podría ser excitante, pero antes es necesario que escuchemos lo que exactamente tenemos...
"Roadhouse blues" (el único título en directo que hay en "An American Prayer"), lo descubrimos escuchando los desperdicios de "absolutely live", no por la música ¡sino por los pasajes en que Jim hablaba al público!: un verdadero milagro... para un volumen en directo, sería necesario hacer otros hallazgos... Sí, tenemos un "Light my Fire". "The End", no estoy seguro (no está seguro de que la fabulosa versión de que figura en "Feast of friends" tenga la calidad de grabación suficiente). También hay un concierto televisado que hicimos en Nueva York. "Soft Parade" en directo, verdaderamente bueno. Y "Build me a Woman", con el pasaje que había sido censurado para "Absolutely Live". Jim la cantó en directo en la tele... (Ray empieza a cantar) "...Well, I'm a Sunday trucker, Christian motherfucker..." No exactamente así, Jim hizo más bien... "Christian motherfmmm-yeah!” (Risas)”. Esto sería su supertítulo para este álbum: ¿El próximo álbum de los Doors?
CORKY Y EL ALMIRANTE
Danny, Robbie, John y Frank volvieron a California. Ray y su mujer, Dorothy, se quedaron en París. En el mismo hotel donde Morrison residió un tiempo. Allí, y para completar este peregrinaje involuntario por otra parte, un día en una mesa de La Coupole volvimos a hablar de nuevo de “An American Prayer”. “Queríamos hacer este disco para Jim Morrison, no para los Doors. Queríamos darle el álbum de poesía que él deseaba. Un último homenaje… Yo creo que Jim hubiera sido… Yo creo que ES verdaderamente feliz ahora. Porque su obra no estaba completa. Él quería ser reconocido como poeta. En los Estados Unidos todavía está considerado como Rey Pobrediablo, ese tipo loco que estaba siempre pasado y que se caía del escenario…”
¿Pero no eran los Doors un poco responsables, en la medida en que Jim ya quería realizar un álbum así en vivo, y del que los otros no eran excesivamente… entusiastas, digamos? ¿Jim no quería en particular que “Celebration of Lizard” figurara en el álbum “Waiting for the sun”? ¿No es por eso que finalmente fue a grabar solo el 8 de diciembre de 1970? Ray dice ahora “no acordarse de ningún conflicto serio por este asunto”. De todas formas ha hecho falta que pasen más de cuatro años antes de que Robbie Krieger se acordara de la existencia de estas cintas, después de contactar al ingeniero de sonido, John Haeny, que siempre las había tenido en su posesión, y a los otros dos Doors.
Todavía han hecho falta tres años más para realizar el álbum. Es verdad que todo el año pasado le fue exclusivamente consagrado: antes Ray tenía su grupo Nite City, Robbie trabajaba en su álbum solo y John… preparaba una carrera de actor.
“Queríamos hacer este álbum tan rico y perfecto como fuera posible… El hecho de que fuéramos seis personas para trabajar, todas con nuestras propias ideas, no siempre simplificó las cosas. Éramos John (Haeny), Frank (Lisciandro), Robbie, John, yo… y Corky”.
Corky, es Columbus B. Courson, director de instituto retirado, padre de Pamela, la mujer (aunque nadie haya sabido jamás si estaban casados) de Jim. Este último le había legado todo; cuando ella murió de una sobredosis en 74, fue Corky quien la heredó. Finalmente se puso de acuerdo con el Almirante (también retirado) Morrison, padre de Jim, para repartir por igual y acabar así con todo litigio. Pero Corky Courson quería por el contrario el control de la herencia artística de Jim, lo que el Almirante le cedió de buena gana “de momento que su vida privada, de él y de su mujer, quedara fuera de todo eso”. Manifiestamente nunca ha digerido el pasaje edípico de The End… Corky no se había encontrado con Jim más que tres o cuatro veces, pero como Ray cuenta:
“Estaba retirado, sin nada que hacer, y se consideraba un tipo dotado de un sentido artístico, era para él entonces una maravillosa oportunidad. Quería asegurarse que esos locos de los Doors no iban a empañar el recuerdo de Jim. No tenía miedo ¡ya ves! Entonces estaba allí para vigilar que todo quedara dentro de los límites del buen gusto. Es así como nos encontramos en tratos con un tipo de 65 años, haciéndole incluso fumar porros con nosotros, ¡si había ocasión!”
LA GRAN RUTA DEL ALBA
Hervé: ¿Teníais ya una idea preconcebida cuando empezasteis?
Ray: “Realmente no. Todo lo que teníamos era una voz en bruto. Jim recitando en voz alta e inteligible… Escuchándola, desencadenaba imágenes en nosotros, tales efectos sonoros y tal música entraba en nuestra mente. Y creo que es lo que él ya hacía cuando era cantante de los Doors”.
H: ¿Habías oído ya estas cintas?
R: “Sí, pero hace mucho tiempo. Poco después que hubieran sido grabadas… O un poco después de su muerte. En aquel momento, no se me ocurrió jamás hacer con ellas lo que fuera. Fue Robbie el que se acordó de que existían, hace ya tres años… Un buen día Jim le llamó y le dijo (Ray hace una voz de ultratumba y se inclina sobre mi oreja “Hey Robbie”). De esta forma nos encontramos los tres en casa de John Haeny, las escuchamos y nos dijimos: “wow! ¡Aquí hay cosas superiores! Cosas raras también, que no las utilizamos. Hacia el final de la sesión Jim empezaba a estar bien salido. Y quería hacer una especie de coros griegos con dos chicas que estaban allí: la mujer de Frank (Lisciandro) Cathy, y una joven alemana cuyo inglés no era… euh… perfecto. Ellas debían contestar a Jim, pero lo hacían completamente mal, y la forma en que Jim las dirigía, haciéndolas parar y volver a empezar, se convirtió en una verdadera locura… Pero, eso no hubiera pegado con el tono del álbum. ¡Sería más bien para "The Jim Morrison Comedy Album” (el álbum cómico de Morrison)! (Risas)”.
H: ¿Todo el álbum está basado en esas sesiones?
R: “También hay un extracto de bandas sonoras de películas “Feast of friends” y “Hiway”… la narración de los indios muertos en el camino, esa fue grabada cuando ellos (Jim, Paul Ferrara y Frank Lisciandro) estaban en el desierto para filmar “Hiway”. Cogieron una pasada juntos en una habitación de hotel y conectaron un magnetófono Nagra… pero el poema existía ya. Y Jim me había contado ya esta Historia mucho tiempo antes. Y creo que es verdad. No sé que pensar de esta idea de que el espíritu de los indios muertos penetrara en su alma de niño… No lo sé… pero había algo incontrovertiblemente indio en la forma en que Jim se comportaba y bailaba en el escenario, todo el rollo del shaman…”
Indians scattered on dawn’s highway, bleeding
Ghosts rowd the young child’s fragile eggshell mind…
(Indios esparcidos en el gran camino del alba / sangrantes fantasmas llenan la mente de un niño, frágil cascarón…)
Recuerdo violento grabado en la mente de Morrison todavía niño. (Fue la primera vez que conoció el sabor del miedo. Debía tener casi cuatro años…).
Visión imperecedera que, como a menudo en caso de Jim, le obsesionara más tarde, originando a la vez un poema (Dawn’s Highway) y una canción (“Peace Frog”) Pero en su caso, el paso del uno al otro dependía de muy pocas cosas.
Ray: “Durante la grabación no cesábamos de decir: “Si Jim estuviera aquí…” Y algunas veces, cuando su voz llenaba el estudio: “Awake, shake dreams…” todo resultaba verdaderamente extraño, como si efectivamente él estuviera allí… y repetíamos todavía: “Ah, si él estuviera allí, “cantaría” estas cosas…” Yo sé que hacer este álbum hubiera sido para él uno de los momentos más grandes de su vida. Hubiera sido fantástico… Y lo que queremos demostrar haciendo este álbum, es como sus poemas se convierten en canciones, y finalmente eran una sola cosa. No había ninguna diferencia, solo que algunas se prestaban mejor a ser cantadas que otras. Cuando yo lo conocí no eran más que poemas… “Let’s swim to the moon…” Cuando él me recitó “Moonlight drive” la primera vez, en esta playa de Venecia, lo encontré increíble. Era una canción, pero también era algo más que eso, era poesía. Y en un principio eso era, los Doors: poesía y rock’n’roll… El hecho de que Jim fuera un chico guapo y un fantástico actor (performer) no era más que un bono suplementario… pero ¡qué bello era cuando le vi en aquella playa! Con una cara así y esas palabras, supe enseguida que sería una star. Enseguida.
Pero él no se daba todavía cuenta. Una de las primeras cosas que él me dijo fue: “Sabes, va a hacer falta encontrar un cantante”. Yo le dije: “¿para qué?” ¡Él decía que no sabía cantar! Pero finalmente cedió. “Uh, uh, uh, O. K… Ray” dijo removiendo la arena con su pie “de acuerdo, de acuerdo…” Creo que se sentía halagado por mi confianza absoluta en él. Pero yo estaba seguro de íbamos a ser famosos. No nos quedaba más que encontrar músicos: ¡en aquel momento todavía éramos solo nosotros dos!”.
COMO UNA ESTRELLA FUGAZ
A medida que Ray habla de Jim, se va animando. Los recuerdos vienen manifiestamente cada vez más vividos a la mente de este ser razonable que es ahora este hombre maduro, los recuerdos de una juventud loca en compañía de un amigo que le confió un día “que pensaba que su vida sería como una estrella fugaz”. Ray, él se veía más bien octogenario, lo reconoce de buena gana.
Ray: “Sabes la memoria humana tiene esto de positivo, que tiene la tendencia a conservar los buenos recuerdos sobre todo. Me acuerdo de Jim en la playa de Venecia. Recuerdo varios meses durante los que él, Dorothy y yo compartíamos la misma casa y dormíamos en el salón para dejarle la habitación. Me acuerdo del artista, del cantante. Me acuerdo de conciertos como aquel del Madison Square Garden donde centenas de destellos de flash resplandecieron en la oscuridad de repente cuando entramos en el escenario –yo estaba como petrificado… momentos así son inolvidables”.
Pero también hay un reverso de la medalla. El peso de la gloria descansaba sobre todo en Jim, y pocos seres fueron tan poco hechos para ella…
Ray: Al principio él la quería, como todos nosotros. Pero esa gloria… El público empieza a devoraros. Es lo que sucedió en Miami. No querían solo poesía y música. Querían más. Esto es lo que sucedió en Miami. No querían solo poesía y música Querían más. Esto es lo que enloqueció a Jim aquel día. Él les dijo: “¿Vosotros no queréis música, queréis otra cosa? ¿no? No habéis venido para ver a los Doors ¿Por qué habéis venido realmente? ¿Qué queréis? ¿Queréis ver mi cola? ¿Es eso lo que queréis?” Y empezó a provocarles. “Eh, quizás vaya a enseñárosla mi cola…” Por lo que yo sé no se la enseñó (sonrisa).
Pero les puso al límite. Hizo un esbozo de strip-tease, se había quitado la camisa, la sostenía delante de él y se tocaba más o menos: “¿La habéis visto? ¿No? ¿Si?...” Al final el público de Miami se volvió completamente loco, fue una especie de alucinación colectiva: acabaron por decir que él debía haberlo hecho, ya que lo había dicho…”
This is de end, beautiful friend
This is the end, my only friend, the end.
It hurts to set you free but you never follow me
(Esto es el final, mi bello amigo / esto es el final, mi único amigo, el final / me duele dejarte marchar pero tú nunca me seguirás)
El fin, fue verdaderamente aquel día en Miami, Jim, Los Doors y su público habían llegado al final de su vertiginoso viaje, incluso aunque ninguno de ellos lo supiera todavía. Pero ¿cómo hubieran podido ir más lejos?
Los Doors tenían todavía mucho dentro de sí y lo dieron. Y después, cerca de dos años más tarde, Jim se marchó a París. A reencontrarse con Pamela, por supuesto, pero también para reencontrar cierta paz: “Cuando encontré a Jim de nuevo, se pasaba el tiempo tendido en al sol en el techo de la casa de un amigo, Dennis Jacob, tomando ácido y escribiendo las visiones que le pasaban por la cabeza… para él fue una época tranquila y creativa. Pero desde que los Doors empezaron a funcionar, todo fue cada vez más deprisa, todo era cada vez más y más desproporcionado… Creo que es por esto por lo que vino a París, para volver a encontrar esa tranquilidad, ese marco artístico”.
Puede ser. Puede ser incluso que el propio Jim lo creyese así. Como lo sabían bien, en el fondo, Ray y Dorothy Manzarek. Cuando les pregunté si alguna vez habían imaginado que Jim podía conocer un fin tan trágico y prematuro, esta última exclamó inmediatamente: “Por supuesto, desde el principio. ¡Yo pensaba que sucedería bastante más pronto!"
“A decir verdad”, añadió Ray, “vivió diez años más de lo que yo esperaba”.
Pero Jim no hacía nunca exactamente lo que se esperaba de él, ¿NO?
HERVE MULLER
C. BY POPULAR 1.
EXCLUSIVA: LOS DOORS VISITARON EN PARIS LA TUMBA DE JIM MORRISON
JIM MORRISON MURIÓ EN PARIS, PERO SIGUE VIVIENDO
ESCRIBE HERVÉ MULLER
"Hey, acojonado, ya está, ¡esta vez vengo a París! Y no solo, traigo a Los Doors conmigo... Al grano ¿cómo está Jim?"
La distorsión horriblemente nasal al otro lado del hilo no tenía nada que ver con la mala calidad de las comunicaciones telefónicas entre París y Los Ángeles. Danny Sugerman tiene el privilegio de poseer el peor acento californiano que conozco.
Danny es mi mejor amigo al otro lado del Atlántico. Ahora debe tener 23 años. Hace diez años, era un muchacho de una buena familia judía de L. A. que no se interesaba nada en absoluto por el rock'n'roll, pero que, al contrario, jugaba mucho al baseball, con sus compañeros de high school. Un día se fijó en un tipo grande con el pelo largo que les miraba jugar. Después del partido, juntos discutieron un poco (de baseball, por supuesto). El tipo se llamaba Jim Morrison, era famoso, pero Danny no había oído jamás hablar de él...
Así es como Danny se convirtió en el hermanito adoptivo de Jim y como se encontró lanzado en el mundo loco de los Doors, caracterizado por las escapadas temerarias cada vez más frecuentes... Hoy, Danny es el manager de Ray Manzarek y, en compañía de Bill Siddons, el de un grupo que todavía existe sin por eso haberse reformado: Los Doors.
A riesgo de decepcionar a los fanáticos inevitables, hacía ya varios años que casi no me acordaba de Jim... Apenas si escuchaba sus discos de tanto en tanto. Pero es necesario creer que empezaba a aburrirse, allí arriba, porque en 1979, qué ha podido despertar en mi cerebro la historia de jugar a este jueguecito... ¿Y sabéis que? Él no ha cambiado, o entonces hemos cambiado juntos. En todo caso, en el transcurso de mi traducción de "Una oración americana y otros escritos" (Ed. C. Bourgois, publicidad no pagada) y con la salida del álbum "An American Prayer" descubrí que el Desfile Blando (Soft Parade) no se había estancado, no es necesario estar colgado con Jim Morrison desde hace diez años para fliparse ahora: si no preguntarle a John Lyndon...
LOS DOORS EN EL PALACIO
"An American prayer" (el álbum), por supuesto es esto lo que me valió la visita de Danny y de los tres Doors restantes. A eso se le llama una gira de promoción: una casa de discos envía a sus cachorros de país en país para hablar a la media de su último producto. En tal circunstancia, como era un álbum grabado con un cantante que había muerto hace siete años (el 3 de Julio de 1971 en París, como recordatorio), la gestión se justificaba. Además hacía tres años que Elektra no escatimaba en medio ("Nos han dado todo el tiempo y el dinero que queríamos”, me contó Ray Manzarek, “y no tenían la mínima idea de lo que hacíamos dentro del estudio...")
Ray Manzarek, Robbie Krieger, John Densmore y Danny Sugerman vinieron pues a Europa. Paris era el final de su periplo, tenían que llegar el 8 de diciembre de 1943 nacía James Douglas Morrison. El 8 de diciembre de 1970 él "se hacía un regalo de cumpleaños a él mismo" y entraba en el estudio de Los Ángeles con el ingeniero de sonido John Haeny, para grabar los poemas que sirvieron de base a su nuevo álbum. El 8 de diciembre de 1978 los Doors iban a estar en París, la ciudad donde estaba enterrado su cantante...
Esto empezó como una idea en el aire: Ray, Robby y John no habían tocado juntos en público desde 1972. Danny telefoneó de Ámsterdam a Londres, y con cada llamada se excitaban un poco más allá arriba: Los Doors tocarían en París aquella noche, sin ser anunciados, en homenaje a Jim. Un regalo de aniversario póstumo, en cierto modo.
Os veo sonreír irónicamente. Buen golpe publicitario, para la misma ocasión ¿no? Yo no digo que haya sido ajeno esto totalmente ajeno al espíritu Hollywoodense de Danny, pero os garantizo que había entusiasmo. Lo que nos divertía era el lado totalmente incierto del asunto, y creo que esto hubiera divertido a Jim.
Cuando Danny vino algunos días antes a París todo fue arreglado sin inconvenientes, dejando bien claro que nadie debía estar al corriente (incluso WEA no lo supo hasta el mismo día) y que por otra parte el grupo por sí mismo no se comprometía a nada. De hecho él no tomó la decisión definitiva hasta esa mañana, después de un ensayo breve. Sobre todo John Densmore no estaba muy caliente ("lo que pasa es que no tiene ganas de tocar la batería", reía Robby).
Así es como hacia la una de la mañana ante el público disco de la noche del viernes un poco embobado, la cortina del escenario de Palace se elevó mientras que una voz (Danny) anunciaba: "Ladies and Gentlemen, The Doors!". Para ser franco, fue más un homenaje de antiguos combatientes a un camarada desaparecido que un "remake" de "Absolutely Live". No era de extrañar, incluso si hasta el último minuto John insistía: "Ya está Jim llega tarde, como de costumbre..."
Incluso había un espacio libre para él, entre Ray y Robbie, y alguien había tenido la iniciativa discutible de poner la funda del álbum al pie del órgano. Por supuesto, se sentía por todas partes cierta ausencia, pero una vez esto era lo que se buscaba... Hicieron "Ghost song", del nuevo álbum (¡en instrumental, y por un motivo!), Ray cantó "Close to you", después con Krieger "Light my fire" (anunciado como una "canción de radio") y "Love me two times". El público funcionó, incluso pedían bis. Por supuesto no era nada del otro mundo y yo no sé por qué Robbie se obstina en utilizar un mediator, él cuya mayor originalidad era tocar con sus dedos... no importa, sin embargo valía la pena, ¡y al diablo si puedo explicar por qué!
CRISTIANO HIJO DE PUTA
De todas formas, no había necesidad de esto para saber que no hay Doors sin Jim Morrison. Como lo explica Ray, el único problema de la aparición de "An American Prayer" era que todo el mundo les preguntaba "¿Y ahora?", y ellos no sabían nada. Felizmente una reformación de los Doors está excluida (aunque Danny y Ray sueñan en trabajar de nuevo con Iggy...), pero al contrario consideran continuar perpetuando la herencia de Morrison. Se encontraba con ellos en París Frank Lisciandro, que ha sido también un activo participante en la realización del álbum y que estudió anteriormente cine en la U. C. L. A. en compañía de Ray, Jim y Paul Ferrara. Como cineasta, es con éste último con quién filmó a los Doors en concierto para "Feast of friends" y ayudó a Jim a realizar su película "Hiway". Y para él, la próxima etapa sería la realización de la película que Jim hubiera soñado.
"Nos encontramos un poco con el mismo problema del álbum: tenemos cantidad de película que hará falta seleccionar y montar con mucho cuidado, con tanto tiempo como sea necesario. "Feast of friends" no representaba más que una ínfima parte de lo que habíamos filmado en gira. También está "Hiway" y la película realizada por la cadena de televisión inglesa Granada, de la que hemos vuelto a comprar los derechos..."
Nadie mejor que Frank sabría llevar esta tarea a buen término, porque no hay nadie que conozca mejor a Jim, creo, y en todo caso nadie fue más sinceramente su amigo. Mientras hicimos una breve visita a Père Lachaise, una mañana lluviosa, él es el que dijo que hubiéramos hecho mejor llevando una botella de Courvoisier que flores. Había más emoción en este desplante que en cualquier otro discurso.
El otro producto parece lógico, es el de ese álbum en vivo del que Ray habla hace ya cuatro años: "un álbum live sin retocar", como él dice. Hay material necesario, le parece: "Tenemos una versión de "Gloria" grabada durante el sound-check del concierto Aquarius (en Los Ángeles). Es el "Gloria" más indecente que jamás hayas oído... Un álbum en directo podría ser excitante, pero antes es necesario que escuchemos lo que exactamente tenemos...
"Roadhouse blues" (el único título en directo que hay en "An American Prayer"), lo descubrimos escuchando los desperdicios de "absolutely live", no por la música ¡sino por los pasajes en que Jim hablaba al público!: un verdadero milagro... para un volumen en directo, sería necesario hacer otros hallazgos... Sí, tenemos un "Light my Fire". "The End", no estoy seguro (no está seguro de que la fabulosa versión de que figura en "Feast of friends" tenga la calidad de grabación suficiente). También hay un concierto televisado que hicimos en Nueva York. "Soft Parade" en directo, verdaderamente bueno. Y "Build me a Woman", con el pasaje que había sido censurado para "Absolutely Live". Jim la cantó en directo en la tele... (Ray empieza a cantar) "...Well, I'm a Sunday trucker, Christian motherfucker..." No exactamente así, Jim hizo más bien... "Christian motherfmmm-yeah!” (Risas)”. Esto sería su supertítulo para este álbum: ¿El próximo álbum de los Doors?
CORKY Y EL ALMIRANTE
Danny, Robbie, John y Frank volvieron a California. Ray y su mujer, Dorothy, se quedaron en París. En el mismo hotel donde Morrison residió un tiempo. Allí, y para completar este peregrinaje involuntario por otra parte, un día en una mesa de La Coupole volvimos a hablar de nuevo de “An American Prayer”. “Queríamos hacer este disco para Jim Morrison, no para los Doors. Queríamos darle el álbum de poesía que él deseaba. Un último homenaje… Yo creo que Jim hubiera sido… Yo creo que ES verdaderamente feliz ahora. Porque su obra no estaba completa. Él quería ser reconocido como poeta. En los Estados Unidos todavía está considerado como Rey Pobrediablo, ese tipo loco que estaba siempre pasado y que se caía del escenario…”
¿Pero no eran los Doors un poco responsables, en la medida en que Jim ya quería realizar un álbum así en vivo, y del que los otros no eran excesivamente… entusiastas, digamos? ¿Jim no quería en particular que “Celebration of Lizard” figurara en el álbum “Waiting for the sun”? ¿No es por eso que finalmente fue a grabar solo el 8 de diciembre de 1970? Ray dice ahora “no acordarse de ningún conflicto serio por este asunto”. De todas formas ha hecho falta que pasen más de cuatro años antes de que Robbie Krieger se acordara de la existencia de estas cintas, después de contactar al ingeniero de sonido, John Haeny, que siempre las había tenido en su posesión, y a los otros dos Doors.
Todavía han hecho falta tres años más para realizar el álbum. Es verdad que todo el año pasado le fue exclusivamente consagrado: antes Ray tenía su grupo Nite City, Robbie trabajaba en su álbum solo y John… preparaba una carrera de actor.
“Queríamos hacer este álbum tan rico y perfecto como fuera posible… El hecho de que fuéramos seis personas para trabajar, todas con nuestras propias ideas, no siempre simplificó las cosas. Éramos John (Haeny), Frank (Lisciandro), Robbie, John, yo… y Corky”.
Corky, es Columbus B. Courson, director de instituto retirado, padre de Pamela, la mujer (aunque nadie haya sabido jamás si estaban casados) de Jim. Este último le había legado todo; cuando ella murió de una sobredosis en 74, fue Corky quien la heredó. Finalmente se puso de acuerdo con el Almirante (también retirado) Morrison, padre de Jim, para repartir por igual y acabar así con todo litigio. Pero Corky Courson quería por el contrario el control de la herencia artística de Jim, lo que el Almirante le cedió de buena gana “de momento que su vida privada, de él y de su mujer, quedara fuera de todo eso”. Manifiestamente nunca ha digerido el pasaje edípico de The End… Corky no se había encontrado con Jim más que tres o cuatro veces, pero como Ray cuenta:
“Estaba retirado, sin nada que hacer, y se consideraba un tipo dotado de un sentido artístico, era para él entonces una maravillosa oportunidad. Quería asegurarse que esos locos de los Doors no iban a empañar el recuerdo de Jim. No tenía miedo ¡ya ves! Entonces estaba allí para vigilar que todo quedara dentro de los límites del buen gusto. Es así como nos encontramos en tratos con un tipo de 65 años, haciéndole incluso fumar porros con nosotros, ¡si había ocasión!”
LA GRAN RUTA DEL ALBA
Hervé: ¿Teníais ya una idea preconcebida cuando empezasteis?
Ray: “Realmente no. Todo lo que teníamos era una voz en bruto. Jim recitando en voz alta e inteligible… Escuchándola, desencadenaba imágenes en nosotros, tales efectos sonoros y tal música entraba en nuestra mente. Y creo que es lo que él ya hacía cuando era cantante de los Doors”.
H: ¿Habías oído ya estas cintas?
R: “Sí, pero hace mucho tiempo. Poco después que hubieran sido grabadas… O un poco después de su muerte. En aquel momento, no se me ocurrió jamás hacer con ellas lo que fuera. Fue Robbie el que se acordó de que existían, hace ya tres años… Un buen día Jim le llamó y le dijo (Ray hace una voz de ultratumba y se inclina sobre mi oreja “Hey Robbie”). De esta forma nos encontramos los tres en casa de John Haeny, las escuchamos y nos dijimos: “wow! ¡Aquí hay cosas superiores! Cosas raras también, que no las utilizamos. Hacia el final de la sesión Jim empezaba a estar bien salido. Y quería hacer una especie de coros griegos con dos chicas que estaban allí: la mujer de Frank (Lisciandro) Cathy, y una joven alemana cuyo inglés no era… euh… perfecto. Ellas debían contestar a Jim, pero lo hacían completamente mal, y la forma en que Jim las dirigía, haciéndolas parar y volver a empezar, se convirtió en una verdadera locura… Pero, eso no hubiera pegado con el tono del álbum. ¡Sería más bien para "The Jim Morrison Comedy Album” (el álbum cómico de Morrison)! (Risas)”.
H: ¿Todo el álbum está basado en esas sesiones?
R: “También hay un extracto de bandas sonoras de películas “Feast of friends” y “Hiway”… la narración de los indios muertos en el camino, esa fue grabada cuando ellos (Jim, Paul Ferrara y Frank Lisciandro) estaban en el desierto para filmar “Hiway”. Cogieron una pasada juntos en una habitación de hotel y conectaron un magnetófono Nagra… pero el poema existía ya. Y Jim me había contado ya esta Historia mucho tiempo antes. Y creo que es verdad. No sé que pensar de esta idea de que el espíritu de los indios muertos penetrara en su alma de niño… No lo sé… pero había algo incontrovertiblemente indio en la forma en que Jim se comportaba y bailaba en el escenario, todo el rollo del shaman…”
Indians scattered on dawn’s highway, bleeding
Ghosts rowd the young child’s fragile eggshell mind…
(Indios esparcidos en el gran camino del alba / sangrantes fantasmas llenan la mente de un niño, frágil cascarón…)
Recuerdo violento grabado en la mente de Morrison todavía niño. (Fue la primera vez que conoció el sabor del miedo. Debía tener casi cuatro años…).
Visión imperecedera que, como a menudo en caso de Jim, le obsesionara más tarde, originando a la vez un poema (Dawn’s Highway) y una canción (“Peace Frog”) Pero en su caso, el paso del uno al otro dependía de muy pocas cosas.
Ray: “Durante la grabación no cesábamos de decir: “Si Jim estuviera aquí…” Y algunas veces, cuando su voz llenaba el estudio: “Awake, shake dreams…” todo resultaba verdaderamente extraño, como si efectivamente él estuviera allí… y repetíamos todavía: “Ah, si él estuviera allí, “cantaría” estas cosas…” Yo sé que hacer este álbum hubiera sido para él uno de los momentos más grandes de su vida. Hubiera sido fantástico… Y lo que queremos demostrar haciendo este álbum, es como sus poemas se convierten en canciones, y finalmente eran una sola cosa. No había ninguna diferencia, solo que algunas se prestaban mejor a ser cantadas que otras. Cuando yo lo conocí no eran más que poemas… “Let’s swim to the moon…” Cuando él me recitó “Moonlight drive” la primera vez, en esta playa de Venecia, lo encontré increíble. Era una canción, pero también era algo más que eso, era poesía. Y en un principio eso era, los Doors: poesía y rock’n’roll… El hecho de que Jim fuera un chico guapo y un fantástico actor (performer) no era más que un bono suplementario… pero ¡qué bello era cuando le vi en aquella playa! Con una cara así y esas palabras, supe enseguida que sería una star. Enseguida.
Pero él no se daba todavía cuenta. Una de las primeras cosas que él me dijo fue: “Sabes, va a hacer falta encontrar un cantante”. Yo le dije: “¿para qué?” ¡Él decía que no sabía cantar! Pero finalmente cedió. “Uh, uh, uh, O. K… Ray” dijo removiendo la arena con su pie “de acuerdo, de acuerdo…” Creo que se sentía halagado por mi confianza absoluta en él. Pero yo estaba seguro de íbamos a ser famosos. No nos quedaba más que encontrar músicos: ¡en aquel momento todavía éramos solo nosotros dos!”.
COMO UNA ESTRELLA FUGAZ
A medida que Ray habla de Jim, se va animando. Los recuerdos vienen manifiestamente cada vez más vividos a la mente de este ser razonable que es ahora este hombre maduro, los recuerdos de una juventud loca en compañía de un amigo que le confió un día “que pensaba que su vida sería como una estrella fugaz”. Ray, él se veía más bien octogenario, lo reconoce de buena gana.
Ray: “Sabes la memoria humana tiene esto de positivo, que tiene la tendencia a conservar los buenos recuerdos sobre todo. Me acuerdo de Jim en la playa de Venecia. Recuerdo varios meses durante los que él, Dorothy y yo compartíamos la misma casa y dormíamos en el salón para dejarle la habitación. Me acuerdo del artista, del cantante. Me acuerdo de conciertos como aquel del Madison Square Garden donde centenas de destellos de flash resplandecieron en la oscuridad de repente cuando entramos en el escenario –yo estaba como petrificado… momentos así son inolvidables”.
Pero también hay un reverso de la medalla. El peso de la gloria descansaba sobre todo en Jim, y pocos seres fueron tan poco hechos para ella…
Ray: Al principio él la quería, como todos nosotros. Pero esa gloria… El público empieza a devoraros. Es lo que sucedió en Miami. No querían solo poesía y música. Querían más. Esto es lo que sucedió en Miami. No querían solo poesía y música Querían más. Esto es lo que enloqueció a Jim aquel día. Él les dijo: “¿Vosotros no queréis música, queréis otra cosa? ¿no? No habéis venido para ver a los Doors ¿Por qué habéis venido realmente? ¿Qué queréis? ¿Queréis ver mi cola? ¿Es eso lo que queréis?” Y empezó a provocarles. “Eh, quizás vaya a enseñárosla mi cola…” Por lo que yo sé no se la enseñó (sonrisa).
Pero les puso al límite. Hizo un esbozo de strip-tease, se había quitado la camisa, la sostenía delante de él y se tocaba más o menos: “¿La habéis visto? ¿No? ¿Si?...” Al final el público de Miami se volvió completamente loco, fue una especie de alucinación colectiva: acabaron por decir que él debía haberlo hecho, ya que lo había dicho…”
This is de end, beautiful friend
This is the end, my only friend, the end.
It hurts to set you free but you never follow me
(Esto es el final, mi bello amigo / esto es el final, mi único amigo, el final / me duele dejarte marchar pero tú nunca me seguirás)
El fin, fue verdaderamente aquel día en Miami, Jim, Los Doors y su público habían llegado al final de su vertiginoso viaje, incluso aunque ninguno de ellos lo supiera todavía. Pero ¿cómo hubieran podido ir más lejos?
Los Doors tenían todavía mucho dentro de sí y lo dieron. Y después, cerca de dos años más tarde, Jim se marchó a París. A reencontrarse con Pamela, por supuesto, pero también para reencontrar cierta paz: “Cuando encontré a Jim de nuevo, se pasaba el tiempo tendido en al sol en el techo de la casa de un amigo, Dennis Jacob, tomando ácido y escribiendo las visiones que le pasaban por la cabeza… para él fue una época tranquila y creativa. Pero desde que los Doors empezaron a funcionar, todo fue cada vez más deprisa, todo era cada vez más y más desproporcionado… Creo que es por esto por lo que vino a París, para volver a encontrar esa tranquilidad, ese marco artístico”.
Puede ser. Puede ser incluso que el propio Jim lo creyese así. Como lo sabían bien, en el fondo, Ray y Dorothy Manzarek. Cuando les pregunté si alguna vez habían imaginado que Jim podía conocer un fin tan trágico y prematuro, esta última exclamó inmediatamente: “Por supuesto, desde el principio. ¡Yo pensaba que sucedería bastante más pronto!"
“A decir verdad”, añadió Ray, “vivió diez años más de lo que yo esperaba”.
Pero Jim no hacía nunca exactamente lo que se esperaba de él, ¿NO?
HERVE MULLER
C. BY POPULAR 1.